Abordar el desorden puede parecer una tarea insuperable si no sabes por dónde o cómo empezar. Si dedicas un poco de tu tiempo a deshacerte del desorden de tu vida y a mantener las cosas relativamente libres de desorden, cosecharás los frutos de una vida agradable, menos estrés y una existencia más organizada y productiva.
La mejor forma de ordenar tu casa, tu espacio de trabajo y tu vida es dar pequeños pasos cada vez, combinados, los pequeños pasos conducirán a grandes mejoras que serán más fáciles de mantener a largo plazo.
Cómo ordenar tu vida
Ordenar tu vida es esencial para la paz mental y la calma, así que es importante no descuidar este aspecto.
1. Reduce tus compromisos
A menudo, nuestras vidas están demasiado desordenadas con todas las cosas que tenemos que hacer en casa, en el trabajo, en la escuela, en nuestra vida religiosa o cívica, con los amigos y la familia, con las aficiones, etc.
Echa un vistazo a cada área de tu vida y escribe todos tus compromisos. Verlo todo escrito puede ser una experiencia tan reveladora como abrumadora. A partir de aquí, examina cada uno y decide si realmente te aporta alegría y valor, y si merece la pena la cantidad de tiempo que inviertes en él.
Otra forma de reducir tus compromisos es identificar unos pocos que realmente te gusten y deshacerte del resto.
Aprende a decir no y a rechazar ofertas. Si eliminas las cosas que no te aportan alegría o valor, tendrás más tiempo para las cosas que amas.
2. Reconsidera tus rutinas
Muchos de nosotros no tenemos rutinas establecidas en nuestra vida diaria y simplemente afrontamos nuestras obligaciones, quehaceres y tareas cotidianas al azar. Sin estructura, esto puede conducir a días caóticos y a un descenso de la productividad.
Junta las tareas. En lugar de lavar la ropa varias veces a lo largo de la semana, hazlo todo en un solo día.
Es útil escribir todas tus obligaciones semanales y diarias, quehaceres y tareas, y luego planificar las rutinas diarias y semanales. Cuélgalo donde puedas verlo e intenta seguirlo. Puede que descubras que tener una rutina aporta una nueva sensación de calma y orden a tu vida.
En este vídeo, Jade compartirá su rutina que le ayuda a vivir una vida menos estresante:
Además, aquí tienes algunas rutinas de las que puedes aprender:
3. Decluta tus amistades
Puede sonar cruel, pero a medida que crezcas te darás cuenta de que algunas personas están destinadas a permanecer más tiempo en tu vida, mientras que otras no.
Mientras que deberías pasar más tiempo con personas positivas, personas que te ayuden a crecer y te hagan sentir feliz; deberías deshacerte de las personas tóxicas que sólo drenan tu energía.
Cómo ordenar tu área de trabajo
Si quieres ser más productivo y centrarte más en tu trabajo, es esencial eliminar el desorden de tu área de trabajo.
1. Empieza por tu escritorio
Despeja todo lo que haya encima de tu escritorio o tu mesa de despacho y sácalo todo de los cajones. Reúne los objetos en montones en el suelo. Limpia y pasa un trapo por tu escritorio y maravíllate de lo bonito y limpio que queda.
Revisa todas las “cosas” que había dentro y encima de tu escritorio. Tira todo lo que puedas, una cantidad relativamente pequeña. Si estás acostumbrado a dejar toda tu ropa en las sillas, quitar esta costumbre, hará que la estancia parezca mucho más ordenada.
Una vez que hayas eliminado todas las cosas, es hora de ordenar los restos:
Establece un sistema básico de archivo alfabético con una carpeta para cada proyecto o cliente. Guarda el material de oficina y otros artículos en cajones específicos.
Si es necesario, etiqueta las cosas, pero lo principal que debes hacer es designar un lugar para cada artículo que hayas decidido guardar y asegurarte de que se queda allí, o vuelve allí cuando hayas terminado de usarlo.
Mantén las superficies planas despejadas y ten una bandeja de entrada para todos los papeles que te lleguen. Cuando lleguen los papeles, clasifícalos cada día: tíralos, delega, hazlo inmediatamente o archiva simplemente todos los documentos, pero hagas lo que hagas, NO LOS GUARDES ENCIMA DE TU ESCRITORIO.
Lo único que quieres en la superficie de tu escritorio es tu teléfono, tu ordenador, tu bandeja de entrada y, tal vez, una foto especial, además de los documentos con los que estés trabajando en ese momento.
2. desocupa tu ordenador
Deshazte de los archivos y programas de tu ordenador que no necesites.
Deshazte de la mayoría o de todos los iconos de tu escritorio. No sólo ralentizan tu ordenador, sino que también crean desorden visual. Hay mejores formas de acceder a tu información.
Purga regularmente los archivos viejos que no utilices. Si la organización no es lo tuyo, utiliza un programa como Google Desktop para buscar tus archivos cuando los necesites.
3. Reduce la cantidad de información diaria que recibes
En el mundo digital de hoy en día, hay tantas formas diferentes en las que la información se cuela en nuestras vidas.
La información en sí misma puede llegar a ser abrumadora cuando tienes demasiada, y esto se llama desorden de información. En lugar de dejar que la información se apodere de tu vida, pon límites.
Reduce el número de cosas que lees cada día y deshazte de cosas de tu feed RSS. Deshazte de esas suscripciones a revistas y reduce tu consumo de noticias y televisión.
No estoy sugiriendo que te aísles del mundo, sólo que establecer algunos límites te ayudará.
En lugar de dejar que la información, incluso la que comparten tus amigos en Facebook, se apodere de tu vida, controla cómo y cuándo la recibes limitando lo que lees.
Cómo ordenar tu casa
Fuera del trabajo, el hogar es donde muchos pasamos la mayor parte de nuestro tiempo. Así que no es de extrañar que una casa desordenada pueda aumentar el estrés diario.
1. Simplifica tus habitaciones
Si tu dormitorio está demasiado desordenado, te conviene simplificarlo. Empieza por limpiar todo lo que esté en los suelos. Tira o dona las cosas que no utilices.
Después de limpiar el suelo, pasa a las superficies planas, como encimeras, estanterías, encimeras de cómodas, etc. Límpialas todo lo que puedas, y luego pasa a los muebles.
Considera si lo necesitas todo. Clasifica las cosas en montones: tíralas, dónalas o quédatelas.
Organiza todo lo que hayas decidido conservar en cajones, armarios y roperos, manteniéndolos fuera de la vista, pero bien organizados y despejados. Hazlo habitación por habitación. Es decir, tanto si tienes desordenado el salón, como el dormitorio, o cualquiera de las otras estancias de tu hogar, ordenarlas, es el primer paso para poder estar más tranquilo y relajado.
2. Encárgate de los armarios
Los armarios son un lugar estupendo para guardar cosas que no quieres que estén a la vista, y pueden convertirse fácilmente en un lugar donde metes cosas sólo para que no se vean.
Revisa tus armarios: sácalo todo, límpialo y tira, donando todo lo que puedas. Decide un lugar específico para guardar todo lo que decidas conservar. Conserva sólo las cosas que te gustan y utilizas con frecuencia. En cuanto a la ropa, deshazte de todo lo que no te hayas puesto en seis meses.
3. Limpia tus cajones
Los cajones son el lugar principal donde se meten las cosas.
Vacía tus cajones, y clasifícalos según vayas a guardarlos, tirarlos o donarlos.
Si tienes dificultades para decidir qué tirar y qué conservar, esta pregunta puede ayudarte a ordenar cualquier cosa con éxito.
Cómo mantener el orden a largo plazo
Una vez que hayas conseguido ordenar, ya sea un área o todas las mencionadas anteriormente, el desorden empezará inevitablemente a arrastrarse de nuevo en tu vida. Debes estar atento para eliminarlo regularmente, o volverá a apoderarse de tu vida:
1. Establece un sistema para mantener el orden
Examina la forma en que haces las cosas y cómo se abren paso en tu vida, y considera si puedes establecer un sistema sencillo para todo, desde la colada hasta los proyectos de trabajo y el correo electrónico.
Escribe tus sistemas paso a paso e intenta seguirlos lo mejor que puedas. Sigue tus sistemas y mantendrás el desorden al mínimo.
2. No atrases las cosas
Es fácil dejar las cosas para otro día, pero a la larga te ahorrarás dolores de cabeza si te ocupas de ellas inmediatamente.
Tíralo, dónalo o guárdalo y ponlo en una zona designada.